viernes, 30 de octubre de 2009

Sueños y olvidos


Deshojas las noches, buscando maravillas. 

Pasas los días, sentado en la silla.

Aferras y amarras,

Tus naves vacias,
 
A muelles fantasmas
 
De vidas prohibidas.

 
Tu futuro
 
No es más lejano que el presente.
 
Tu pasado
 
Vive en tu presente.
 
Tu presente.
 
¿Qué has hecho con tu presente? 


 Te consideras vencedor,

De batallas no iniciadas.

Te crees soberano,

De tierras perdidas.

Y sigues tarareando,

Canciones a escondidas.


Andas y desandas

El mismo camino.

Pasas por lugares

Que ya no tienen sentido.

Dibujas y retratas

Sueños y olvidos.

Autora: Felicia Cavilla









jueves, 29 de octubre de 2009

De que nada se sabe - Jorge Luis Borges

De que nada se sabe


La luna ignora que es tranquila y clara

y ni siquiera sabe que es la luna;

la arena, que es la arena. No habrá una

cosa que sepa que su forma es rara.

Las piezas de marfil son tan ajenas

al abstracto ajedrez como la mano

que las rige. Quizá el destino humano

de breves dichas y de largas penas

es instrumento de otro. Lo ignoramos;

darle nombre de Dios no nos ayuda.

Vanos también son el temor, la duda

y la trunca plegaria que iniciamos.

¿Qué arco habrá arrojado esta saeta

que soy? ¿Qué cumbre puede ser la meta?








martes, 6 de octubre de 2009

Amanecer

Quiero ver cada amanecer, todos son distintos. No hay un amanecer igual a otro.

Hay que estar bien despiertos para poder ver amanecer. Hay que estar mirando pero viendo; ser capaz de reconocer que el día anterior es algo que ya paso, de lo cual hay que alegrarse si uno pudo ser capaz de disfrutar y aprender todo lo que ese día pasado nos enseñó, descubrir que algo nuevo empieza es sentirse renovado.

Ningún nuevo amanecer será igual al del día anterior, y menos aun al del día siguiente. Ninguno de nosotros se podrá parar frente al horizonte de lo nuevo siendo el mismo que vio el amanecer anterior, porque a todos nos modifican los días que van transcurriendo.

Algunos amanecer son limpios. Solo el horizonte comenzándose a teñir de colores rosados sobre el tul celeste del firmamento, colores que se tornan cada vez más fuertes afirmando de a poco la certeza de que el astro rey está llegando. Y rápidamente el radiante sol se apodera del cielo.

Otros tienen algunas nubes cercanas pero que no dificultan la llegada, al contrario dan un toque especial, dan una especie de suavidad y compañía, van adornando el momento cambiando de colores como un talismán. Son las protagonistas previas al sol.

Otras veces suelen apoderarse del horizonte por completo las nubes. Lo hacen a tal punto que parecen negar el amanecer, lo encubren, lo disfrazan, lo ocultan. Pero inevitablemente aunque parezca mentira comenzó un nuevo día.